Cuando
conocimos cual iba a ser nuestro rival en segunda ronda ya advertimos que
habíamos tenido muy mala suerte con el sorteo. El nivel del Shkendija era
bastante alto para estas alturas de la competición, sin ir más lejos el año
pasado nos vimos las caras en esta misma ronda con el Beroe de Bulgaria, un
equipo mucho más inferior.
El
resultado de la ida fue malo, y las sensaciones del equipo mucho peores. Con
esos precedentes las opciones de remontada eran más que remotas.
Lehkosuo
apostó con Dähne bajo palos, con Pirinen y Rafinha en los laterales y Jalasto
acompañando a Obilor en el eje de la zaga. Hay que recordar que Patronen fue
expulsado en el partido de ida.
Mosa
volvió a ser elegido para llevar el mando de las operaciones en medio campo con
Annan haciendo de escudero. Los extremos fueron para Pelvas y Savage con Onovo
en la media punta (Atom cuanto te echamos de menos) y Jallow en punta.
La
primera parte del HJK fue muy buena, el equipo monopolizó la posesión del balón
con un 67% y no tuvo prisa para buscar la portería rival. Elaboró bien el juego
y obligó al conjunto macedonio a defender en su campo sin poder desplegarse en
ataque.
Cuando
se rondaba la media hora llegó el primer gol, Mosa puso un córner en el primer
palo y Radeski en su intento de despejar alojó el balón en el fondo de las
mallas. En ese momento las más de 5300 personas que había en el Telia5G Arena
si creían en la remontada, el equipo estaba siendo muy superior a un
acomplejado Shkendija.
El
único susto de los macedonios llegó en un cabezazo de Radeski que
incomprensiblemente y totalmente solo dentro del área mandó el balón por encima
del larguero.
Tras
ese susto el HJK estuvo cerca de voltear la eliminatoria justo antes del
descanso, un balón largo de Obilor le llegó a Savage que desde el vértice del
área y con el portero fuera de la portería remató fuera. El gambiano pudo hacer
mucho más en esa jugada que nos recordó a la de Julio Salinas en el Mundial 94
ante Pagliuca.
Con un
simple toque se habría ido del portero para marcar a placer y si hubiera sido
derribado el equipo macedonio se habría quedado con diez jugadores, pensamos
que ahí pudo estar la eliminatoria pero todos sabemos que Savage no es un gran
definidor.
En la
segunda mitad el decorado del partido cambió. El HJK no tuvo tanto el balón, la
posesión bajó a un 55%, el partido se volvió más loco y el Shkendija aprovechó
este correcalles para llegar a nuestra área.
El
equipo macedonio interrumpió mucho el juego con continuas pérdidas de tiempo y
a la mínima sus jugadores se tiraban al suelo para recibir la asistencia
médica. Esto desesperó mucho a la afición y a nuestros jugadores.
Sólo
contabilizamos un disparo de Pelvas y otro remate de Jallow que salió fuera,
poco más hizo el HJK que dio un bajón muy grande en esta segunda mitad.
En el
´64 Valencic entró al terreno de juego por Jallow, el esloveno tuvo una buena
ocasión pero remató fuera desde la frontal del área, por aquel entonces el
partido ya iba 1-1 y el HJK había bajado los brazos.
En el
´71 llegó el mazazo definitivo, el capitán Hasani recibió un balón en el
costado izquierdo, aguantó muy bien ante Rafinha y asistió al lateral izquierdo
Celikovic que llegando solo desde atrás marcó de disparo ajustado por el palo
corto de Dähne, la ayuda de Savage llegó demasiado tarde.
Antes
ya habían disparado al larguero, el gol se veía venir.
A
partir de ahí el HJK lo intentó sin ninguna fé y el Shkendija estuvo muy cómodo
esperando el final del partido. Mensah y Dahlström entraron al terreno de juego
pero no cambiaron una dinámica negativa que nos iba a llevar a una justa
eliminación.
Cerramos
nuestro capítulo europeo de 2017 con una nueva decepción y ya sólo nos queda
agarrarnos a la veikkausliiga para poder volver a jugar Champions League el año
que viene.
De
momento y a día de hoy estamos muy verdes para volver a jugar una fase de
grupos.
Alineación:
Dähne,
Rafinha, Jalasto, Obilor, Pirinen, Annan, Mosa (´79 Dahlström), Onovo, Savage,
Pelvas (´73 Mensah) y Jallow (´64 Valencic)
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